Traducción: Sabina-Aurora Nicolae
La Edad Media fue caracterizada por la lucha por el poder, dominación, religión y prestigio. Entre los países rivales presentados en este artículo, Inglaterra y Francia, se manifestó una serie de hostilidades sucesivas, en las cuales cinco generaciones reales de dos dinastías enemigas, empezando con Plantagenet y Valois, lucharon por el trono del mayor reino de Europa occidental.
Le Havre, actualmente el mayor puerto de Francia, tras Marsella, era visada por su posición estratégica al océano y representaba el objetivo ideal para la política expansionista de Inglaterra. Conquistada sucesivamente por los hugonotes y, más tarde, por los ingleses, la ciudad portuaria no iba a permanecer mucho tiempo en las manos de los conquistadores ingleses, sino solamente desde 1562 hasta 1563.
¿Cuál era la meta en cuanto a Le Havre?
La rivalidad entre los dos pueblos se mantuvo también en el siglo XVI, Inglaterra siendo gobernada por la reina Isabel, que pertenecía a la Casa Tudor. A cargo del oeste estaba la Casa Valois, cuyos representantes fueron el rey Carlos IX y Catalina de Médici, la reina madre y regente del trono de Francia.
Isabel trajo “The Golden Age” en Europa, un asunto aún más importante, porque se trataba de un líder de sexo femenino. Su política era defensiva, la lucha que caracterizaba sus principios siendo la que se acabó el 8 de agosto de 1588 con la derrota de la marina de guerra española, la Gran Armada, la flota que tenía como propósito conquistar Inglaterra. Pero no todos los combates realizados por los ingleses bajo el mando de la reina Tudor acabaron victoriosos, especialmente los ofensivos.
Su padre, Enrique XVIII, es recordado en la historia sobre todo por las guerras religiosas y de expansión contra la Francia, y la conquista del territorio Havre del año 1562 por el ejército de su hija, Isabel, es una continuación asumida de la rivalidad anglo-francés.
Vencidos, los hugonotes no tuvieron otra opción que firmar, en el año 1562, un tratado de paz con Isabel I, que suponía un doble cambio: ellos habrían recibido seis mil soldados si aceptaban entregar Le Havre. En la ciudad de Havre, la reina iba a dejar atrás mitad de las tropas para hacer que el puerto sirviera como refugio para los hugonotes.
El tratado de 1562 no se respetó, porque, el 18 de marzo de 1563, los hugonotes se habían aliado con el rey de Francia, e Isabel no había retirado sus tropas de Havre. Aunque ella afirmaba que mantenía la ciudad a salvo por el rey, sus verdaderas intenciones parecían ser aquellas de mantener su dominio para usarlo como moneda de cambio por Calais, que ni pensaba recuperar alguna vez.
Esta era una consecuencia del tratado concluido en 1550 con Enrique II, por el que el rey de Francia había prometido restituir Calais a los ingleses dentro de 8 años, pero ningún paso decisivo no se había dado en esa dirección.
La protagonista detrás del telón francés, Catalina de Médici, aprovechó la paz que había entre el rey y los protestantes para preparar el asedio de la ciudad portuaria, para expulsar las tropas de Isabel. La firma del Edicto de Amboise del 19 de marzo de 1563 por la reina regente de Francia y los hugonotes estipulaba la alianza activa para eliminar la soberanía inglesa de los territorios franceses, en concreto Le Havre. Pero no antes de exigir a la última heredera Tudor que retire sus tropas y que restituya el territorio que pertenece a los franceses. Como era de esperar, Isabel Tudor se negó, lo que hizo que Catalina diera el paso decisivo al frente.
No fue una lucha activa que digamos, sino una guerra de resistencia física. La guarnición inglesa de 4000 personas, bajo las órdenes del conde de Warwick, afrontaba llamas devoradoras que la debilitaban con cada minuto que pasaba. Hasta finales del mes de julio, el puerto fue bombardeado fuertemente por una batería de cuarenta cañones franceses. Era una lucha de sobrevivencia para los hugonotes y los ingleses de Le Havre, quienes, además de ser afectados por quemaduras, luchaban contra una amenaza mucho más fatal: la muerte negra.
Los hugonotes atormentados por el fuego resultaron los mayores enemigos de Isabel, a pesar del tratado de paz firmado por ella y para sorpresa del conde de Warwick. El combate significaba una victoria segura para los franceses, siendo sólo cuestión de tiempo hasta que los peones de Isabel cedieran, hecho que pasó el 27 de julio de 1563.
La lucha internacional por Le Havre fortaleció la convicción de Carlos IX de que necesitaba consolidar sus fuerzas de defensa, por la construcción de una fortaleza con el fin de estabilizar el flanco del sureste entre tierra y estuario. Al otro extremo se encontraba la reina de Inglaterra, quien tras esta campaña fracasada, no realizó más expediciones militares en el continente hasta el año 1585.
La campaña de pequeña escala, las más trágicas consecuencias
El regreso de los ingleses por el océano no fue en vano, ya que se llevaron consigo un “caballo de Troya” callado y mortal: la peste negra.
La segunda pandemia de peste: la peste reapareció en varias ocasiones, persiguiendo Europa y el Mar Mediterráneo a lo largo de los siglos XIV-XVII. En los años 1560 fue cuando reapareció la peste negra, que sembró el caos en Europa durante la Edad Media, motivo por el que murieron 80.000 personas en Inglaterra en el año 1563, 20.000 sólo en Londres. Tuvieron que incendiar toda la capital en 1666 para terminar con la muerte y los efectos despiadados.
Lo que empezó como una lucha por expansión territorial, por dominio sobre el otro pueblo, acabó por desencadenar la segunda oleada de casos de peste en Europa. Los años 1560 fueron un periodo oscuro para el continente europeo, la muerte negra siendo considerada la más aniquiladora plaga de la historia de la humanidad.
La medicina primitiva, los supuestos remedios y la higiene precaria de aquellos tiempos hicieron que la enfermedad proliferara y sembrara el caos en el continente y más allá de su fronteras. En el “Diario del año de la peste” de Daniel Defoe se exponen estas prácticas barbáricas de salvación de los enfermos por la cauterización de los tumores y hinchazones purulentes sin anestesia, que no hacía más que intensificar los síntomas de los infectados. Al contrario, el dolor alcanzó proporciones inmensas y causó la muerte de los pacientes ingleses.
Aunque esta campaña no es tan significativa en la historia como otras guerras entre estos dos grandes poderes, como la Guerra de los Cien Años, las acciones defensivas de Le Havre fueron solo un pequeño paso que provocó graves efectos.
La importancia del 27 de julio de 1563
Si bien la batalla de Le Havre puso fin a la participación activa inglesa en Francia, la paz se negoció en invierno. El Tratado de Troyes fue firmado el 11 de abril de 1564, Isabel aceptando renunciar a sus derechos sobre la ciudad a cambio de un pago de 120.000 coronas de oro, con 20.000 coronas menos que el primer préstamo de Isabel a los hugonotes.
Poco a poco, los franceses recuperaron sus territorios, pero las hostilidades alargadas entre las dos grandes potencias mantuvieron el conflicto político y militar y causaron la expansión de la enfermedad a gran escala.
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Fuentes:
- Elisabeta I a Angliei – Wikipedia
- History of Le Havre – Wikipedia
- Siege of Le Havre, 22 May-31 July 1563 (historyofwar.org)