Traducción: David Pardo Cossío
Como seres humanos, siempre nos vemos influenciados por las relaciones que tenemos con varias personas durante nuestras vidas. Desde que somos niños, necesitamos comunicarnos y compartir sentimientos y experiencias con los demás. Pero a medida que pasa el tiempo, descubrimos que hay más en este mundo que una simple relación: hay conexiones con poderes tan increíbles que nos cambian por completo.
Ya sea que hablemos de amistades o relaciones amorosas, a veces no podemos evitar notar que sentimos una fuerte atracción por ciertas personas que conocemos, diferente a lo que estamos acostumbrados. Parece que son conexiones que transfiguran nuestra realidad o que van más allá del mundo físico. Pero también se meten en la cabeza, especialmente cuando terminan repentinamente. ¿Por qué algo tan hermoso tiene que ser realmente complicado? ¿Por qué permitimos que alguien nos hiera varias veces?
Hay conexiones que se meten en la cabeza y transfiguran nuestra realidad.
Desde un punto de vista más espiritual, comprender los tipos de relaciones en nuestra vida es vital para lograr ese despertar de la espiritualidad. ¿Por qué? Porque hemos aprendido a hacer algunas diferencias entre las personas que tienen que quedarse con nosotros a largo plazo y las que solo representan una lección. Aprendemos a liberarnos de lo que, de hecho, no es para nosotros.
Si se quiere hacer eso, es necesario aclarar quiénes son (o fueron, también) las personas más importantes en la vida de uno. A continuación, veremos las características de los tres tipos de relaciones conocidas en el mundo espiritual: las relaciones kármicas, con un alma gemela o con una llama gemela. Es posible que se puedan aclarar algunas de las conexiones que nos han marcado.
Las relaciones kármicas – no hechas para durar
La relación kármica es ciertamente una que todos conocemos y hemos experimentado ya. Es esa conexión mágica, muy apasionada (sobre todo en el caso de las relaciones amorosas), pero llena de turbulencias y sufrimiento al mismo tiempo. Por lo tanto, representa solo una herramienta para el desarrollo personal en sí mismo, y no está hecha para durar. Es, en términos más espirituales, un contrato entre los socios, para corregir los comportamientos negativos de vidas anteriores y aprender a sanar.
Desde el principio, se forma una conexión instantánea y magnética entre dos personas. La atracción es inexplicable y es posible que sienta que ya ni siquiera puede vivir sin su pareja. Pero, independientemente de lo mucho que intenten hacer que las cosas funcionen, la paz no es una característica constante en esta situación. Lo peor en una relación kármica es que, aunque otros dicen que debe terminar, porque solo causa daño, la persona no quiere dejar a su pareja, ya que le parece perfecta.

Con este tipo de relación, cualquier discusión o dificultad en el camino (y hay muchas) parece el fin del mundo. Es esta intensidad de sentimientos la que causa problemas de comunicación. Un día todo va bien, pero al siguiente se convierte en una pelea. Es un círculo vicioso, que solo provoca frustración y agotamiento. Aquí, hay más lados negativos que positivos, y algo siempre parecerá estar mal.
La raíz del problema es que, al ser una relación muy basada en una fuerte atracción física, existe una codependencia…
La raíz del problema es que, al tratarse de una relación muy basada en una fuerte atracción física, existe una codependencia. Es un rasgo tóxico, porque solo se piensa en la otra persona todo el tiempo y consume los sentimientos, convirtiéndose en una obsesión. También conduce a un desequilibrio, porque una persona intentará hacer todo lo posible para mantener la relación, mientras que la otra tendrá una actitud narcisista.
Es difícil renunciar a esa relación, pero es necesario. Se tienen que aceptar los rasgos tóxicos de esta conexión, para no verse de nuevo en otros ciclos kármicos. Este tipo de relación enseñará sobre el mundo, otras personas, otros pensamientos, pero no necesariamente sobre la autoestima. Es una experiencia importante, pero al final lo único que importa es respetarse a uno mismo y comprender que se merece tener relaciones saludables con personas que no sean limitantes.
La relación con un alma gemela: una unión divina
Las almas gemelas de nuestras vidas existen en varias formas: podría ser la madre, la mejor amiga, la persona amada o incluso un extraño que conoció durante unas horas y nunca volvió a ver. La relación con un alma gemela (también conocida por el término en inglés, soulmate ) es muy especial, porque esta persona representa la otra mitad de nuestra alma; con las cualidades e incluso los defectos, se complementan. Y sí, podemos tener más de un alma gemela en esta vida.

Al igual que en las relaciones kármicas, hay un reconocimiento inmediato del alma gemela y se siente que ya se la conocía, aunque no sea el caso. Pero la diferencia entre los dos tipos de relaciones es enorme: con un alma gemela, nada de lo que se dice parece incorrecto o extraño, todo transcurre de forma natural y la sinceridad es un rasgo claramente visible.
Esta persona te muestra un cierto cariño, solo con palabras. Es alguien que te trae toda la felicidad del mundo y que siempre te apoyará, y el tiempo que pases con esa persona es sagrado. La verdad es que la conexión entre las almas gemelas es tan fuerte e intensa que ni siquiera necesitan estar físicamente juntas, se entienden sin ningún problema; la comunicación entre las partes es buena y pueden tener conversaciones sobre temas profundos sin dificultad.
La conexión entre las almas gemelas es tan fuerte e intensa que ni siquiera necesitan estar físicamente juntas…
Es, sin duda, una conexión espiritual, una conexión de almas y mentes. De hecho, especialmente en el caso de las relaciones románticas, es muy común notar que la pareja no es necesariamente “tu tipo”; el aspecto físico en estas relaciones no es lo más importante. Existe ese consuelo, ese conocimiento dentro de uno mismo, hay algo que nos asegura que es la persona adecuada para. Comparten felicidad, sufrimiento, miedos, metas en la vida, incluso pensamientos a veces (es posible que se descubra que ya se sabe cómo se siente o lo que piensa el alma gemela sin hablar con ella). Existe una perfecta e insustituible alineación entre almas gemelas.
Sin embargo, uno conoce a su alma gemela para convertirse en la mejor versión de sí mismo. No es una relación perfecta porque también hay algunos momentos más difíciles, pero dos almas gemelas siempre tendrán la capacidad de resolverlo todo, puesto que el amor es real y duradero y nunca hay necesidad de ocultar lo que realmente se siente. Se conoce a esta persona en el momento perfecto, cuando más se la necesita: cuando se tienen que superar los propios límites y aprender lo que representa el verdadero respeto por alguien y el amor propio.
Las llamas gemelas: una historia un poco más complicada
La relación con una llama gemela, más conocida por el término inglés “twin flames”, es la conexión más espiritual, rara y fuerte. Su complejidad la transforma, seguramente, en una combinación entre la relación kármica y la del alma gemela. Hay varias etapas y características de esta relación, sobre las que descubrirás más en un próximo artículo. Quién sabe, ¡probablemente seas una de las personas que tuvo la suerte de encontrar su llama gemela en esta vida!
Intenta comprender las relaciones en tu vida, porque nunca se conoce a alguien accidentalmente.
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Buenísimo el articulo. Un cordial saludo.