La batalla de Mărășești (1917) – esperanza y dolor durante la Primera Guerra Mundial

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Foto: Pixabay.com
Autor: Antonia Muraru
Traducción: Sabina-Aurora Nicolae

 

La historia de Rumanía durante la Primera Guerra Mundial está fuertemente marcada por una serie de batallas clave conocidas por los rumanos como “las batallas de Mărăşti, Mărășești y Oituz”. Sin embargo, la segunda es la que más influyó en el destino político de Rumanía. La batalla de Mărășești tuvo lugar entre el 24 de julio / el 6 de agosto y el 6 de agosto / el 19 de agosto de 1917 en el territorio de Rumanía (en la zona de Vrancea) entre el ejército rumano apoyado por las fuerzas armadas rusas, y el ejército alemán.

La meta principal de esta batalla era impedir que las fuerzas de los Poderes Centrales entren en la tierra de Moldavia, la única región rumana que logró mantener la independencia territorial y política a lo largo de la Gran Guerra. Para resaltar la importancia de la batalla de Mărăşeşti es importante entender primero la situación política de Rumanía en la guerra.

📜Corto contexto histórico del comienzo de la Gran Guerra📜

La decisión de Rumanía de luchar a principios de la Primera Guerra Mundial no fue tomada con facilidad. En aquel entonces, el país tenía sólo 3 territorios, Moldavia, Valaquia y Dobruja, mientras que sus demás regiones históricas, Transilvania, Banato, Bucovina y Besarabia, estaban ocupadas por Austro-Hungría y el Imperio Ruso.

En el año 1914, a los políticos rumanos les resultaba muy difícil tomar decisiones en cuanto a cómo proceder en la guerra, porque una alianza con los Poderes Centrales habría conducido a la imposibilidad de recuperar Transilvania, Banato y Bucovina[2], mientras que una alianza con la Triple Entente habría significado la imposibilidad de recuperar Besarabia[3]. Rumanía se encontraba en aquel momento en un punto muerto. Por eso, no se involucró en la guerra desde su comienzo y se declaró país neutral.

En 1916, Rumanía recibió un ultimátum por parte de la Triple Entente: que fuera a la guerra a su lado “ahora o nunca”. Bajo la presión de esta solicitud urgente, el gobierno rumano declaró la guerra con los Poderes Centrales, a pesar de que la situación en los frentes aliados de batalla no era prometedora para nada.

🪖Un comienzo nefasto🪖

Para las tropas rumanas, el comienzo real de la guerra fue caracterizado por un fracaso terrible, puesto que perdieron muchas batallas. Por consiguiente, Valaquia fue invadida por las fuerzas armadas de las Potencias Centrales en el otoño de 1916 y Moldavia quedó el único territorio rumano libre. En estas circunstancias, las autoridades estatales y la familia real abandonaron Bucarest, la capital del país, y encontraron refugio en Iaşi, la capital histórica de Rumanía.

Se puede decir que el comienzo de la guerra colocó a Rumanía ante un escenario aterrador y abrumador: entrado en guerra para recuperar sus territorios perdidos a lo largo del tiempo y para unificarlos, el país perdió justo una de sus regiones más importantes. Dadas las circunstancias, el ejército rumano tuvo que organizarse mejor para poder defender Moldavia ante los ataques enemigos.

⚔️La batalla de Mărășești – breve desarrollo de la más importante batalla dirigida en el frente rumano⚔️

Después de ocupar Valaquia, las tropas alemanas se dirigieron a Moldavia para invadirla y obligar al estado rumano que se entregara. En este contexto, las batallas de Mărăşeşti, Mărăşti y Oituz representaron las acciones militares cruciales gracias a las cuales el territorio de Moldavia nunca fue ocupado por los enemigos.

De estos combates, es la batalla de Mărăşeşti la que es vista por los historiadores como la mayor y la más importante batalla desarrollada en el frente rumano durante la Gran Guerra. La batalla empezó con la ofensiva alemana en la noche del 23-24 de julio/ 5-6 de agosto de 1917, cuando las líneas rumanas fueron bombardeadas por 8 horas.

El principio del combate no fue tan alentador para las tropas rumanas porque, debido a las directrices del mariscal de campo August von Mackenstein, las tropas alemanas consiguieron ocupar la aldea Doaga. Además, debido a las ofensivas, la división 34 rusa fue casi completamente diezmada, así que la defensiva rumana era debilitada y poco numerosa.

Durante el 28 de julio / 10 de agosto, hubo una tentativa de recuperar la aldea Doaga. Las divisiones 5 y 9 de infantería rumana atacaron frontalmente a los enemigos, mientras que las divisiones 13 y 71 de infantería rusa atacaron desde el oeste. La lucha resultó muy sangrienta y acabó con el fracaso: la aldea Doaga no pudo ser recuperada.

En el marco de muchos desacuerdos entre el general de las tropas rumanas, Constantin C. Cristescu, que optaba por una acción ofensiva, y el de las tropas rusas, Aleksandr I. Ragoza, Cristescu fue reemplazado por el general Eremia Grigorescu. Cerca del fin de esta primera etapa de la batalla, los combates fueron menos numerosos y menos intensos, debido a que las tropas fueron sometidas a un minucioso proceso de reorganización.

La batalla de Mărăşeşti alcanzó el clímax el 6/19 de agosto cuando un grupo alemán, compuesto por 5 divisiones de infantería y guiado por el general von Morgen, atacó a las tropas rumanas. Alrededor del bosque Răzoare, se desarrollaron luchas sangrientas, pero las tropas rumanas, dirigidas por Grigore Ignat, afrontaron todas las ofensivas.

Consecuencias de la batalla de Mărășești

A lo largo de esta batalla, el ejército rumano perdió 27 410 personas, es decir el 16% del número inicial de soldados. 5 125 de ellos fueron asesinados, 9 818 desaparecieron y 12 467 fueron heridos. El ejército IV ruso tuvo también pérdidas mayores de casi 25 650 soldados. 7 083 fueron asesinados, 10 400 fueron heridos y 8 167 desaparecieron. La batalla de Mărășești significa, sin duda, un sacrificio humano, pero también un rayo de esperanza para el pueblo rumano que creyó más y más en el eslogan de los soldados de Mărășești:

¡Por aquí no se pasa!

[1] Se han dado dos fechas tanto por el comienzo de la lucha como por su fin debido a que se pueden utilizar dos tipos de calendarios. Por lo tanto, existe el calendario gregoriano, que corresponde a lo que llamamos “el estilo nuevo”, y el calendario juliano, que corresponde a lo que llamamos “el estilo viejo”. Aunque se utiliza más a menudo el primer tipo de calendario, las fuentes históricas tienen la costumbre de ofrecer dos fechas que corresponden a un solo evento histórico justo porque existen dos tipos de calendarios.

[2] La alianza política de los Poderes Centrales (o la Triple Alianza) constaba principalmente de Alemania, del Imperio Otomano y Austria-Hungría. Ya que Transilvania, Banato y Bucovina eran regiones rumanas ya ocupadas por Austria-Hungría, Rumanía no podía finalizar un pacto que habría anulado cualquier esperanza de recuperar estas tres provincias históricas. Si Rumanía hubiera entrado en la guerra a su lado, habría recuperado solamente Besarabia.

[3] La otra coalición militar, la de la Triple Entente (o el Triple Trato o los Aliados), constaba principalmente de Francia, del Reino Unido de Gran Bretaña, Rusia y, más tarde, de los Estados Unidos. Besarabia ya estaba en poder de Rusia, pues formar parte de tal alianza habría significado que Rumanía podía luchar para recuperar solamente Transilvania, Banato y Bucovina.

Fuentes:

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