Cada país debe tener al menos una ciudad, un monumento, que sea el símbolo del amor. ¿Cuántos no han pedido ya a su pareja frente a la Torre Eiffel? Hay algunos lugares que, por su naturaleza, son románticos, como si os pidieran que os comprometierais. Un lugar público es una buena idea porque puedes volver en cualquier momento para revivir esos momentos mágicos.

Sin embargo, el amor, como muchos otros sentimientos como la felicidad o la tristeza, despierta una reacción espontánea en el corazón. Muchas veces, vuestro amor sincero puede impresionar a los que están a vuestro alrededor y así ponerlos en el centro de atención por unos momentos. Si el amor es tan grande y vivido sin ningún remordimiento, ¿por qué no pedir la mano de su pareja en un concierto, en un partido de fútbol, en ​​un restaurante, etc.? ¡Esto realmente significa declarar tu amor  enfrente del mundo entero!

Al fin y al cabo, para muchos, lo más importante es el gesto, no el lugar. Puedes planificar una propuesta de matrimonio cuando estéis solos de vacaciones, en casa, en la naturaleza. No importa el lugar, sino solamente vosotros dos.

Piensa en un lugar apartado – tal vez en la naturaleza, en la playa o cerca del mar o de las montañas. Penséis si ya no tenéis un lugar vuestro. Del mismo modo que podéis tener una canción vuestra o un restaurante vuestro. ¡Vayáis a algún lugar donde sentáis que sois los únicos en la tierra!