3 cafés antiguos de Madrid – Escándalos históricos y sociedad del siglo XIX

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Para los madrileños, el café siempre ha sido parte integrante de la vida diaria y representa una elección muy personal cuando se trata de escoger el tipo: café solo, cortado, espresso, con leche, con hielo o una combinación de todas. 

Además del sabor y del aroma que ofrece esta bebida, el café representa también una función social muy importante. Desde eventos de trabajo, charlas entre amigos o como fórmula de cortesía, cuando ofrecen hospitalidad a un invitado, los madrileños asocian una taza de café con momentos de tertulia

Origen e historia de los cafés de tertulia

Las tertulias eran reuniones sociales que ocurrían en lugares públicos con cierta regularidad para conversar o debatir cualquier tema de interés. Servían como centro de difusión de nuevas ideas, espacios creadores de opinión, hervideros políticos y sociales y puntos de referencia para escritores, artistas, pensadores y científicos de la época.

El inicio de esta costumbre se encuentra en la época contemporánea. El primer café de tertulia, la Tertulia de la Fonda de San Sebastián, fue fundado en el siglo XVIII por Nicolás Fernández de Moratín (gran escritor y dramaturgo español) alrededor de un grupo de ilustrados que hablaban de Rousseau y otros franceses que apostaban por una literatura distinta. 

En esa Tertulia también participaron literatos como Iriarte y Samaniego, Jovellanos o el mismo Francisco de Goya.

¿Cómo eran estos cafés? 
  • Estaban amueblados con mesas y sillas pequeñas;
  • Desde su nacimiento hubo un afán de embellecimiento a imitación de los salones de los palacios con pinturas y otros adornos que incluían los techos;
  • Tenían poca luz (pequeñas lamparitas de gas), pero muchos espejos;
  • El olor a vetusto, pluma y tintero cubría el local;
  • Al principio las consumiciones eran exclusivamente de café o alguna bebida, pero poco a poco algunos de estos establecimientos empezaron a ofrecer servicio de restaurante;
  • En principio, los cafés eran de hombres y para hombres.
¿Quiénes se reunían allí?
  • intelectuales
  • artistas
¿Para qué? 
  • Para hablar durante horas, entre cafés, vinos y la nebulosa del humo de los cigarros, para inspirar sus obras, debatir durante interminables horas de literatura, cultura, política y otros asuntos mundanos;
  • También iban allí a pelearse, a enemistarse, a vanagloriarse y hasta a solucionar el mundo.

Muchos de los cafés de la época contemporánea desaparecieron en la época de Franco, convirtiéndose en cafés modernos al estilo americano. Otros desaparecieron por distintas razones y fueron ocupados por otros negocios. 

Cafés desaparecidos:

1. Café de la Montaña

También conocido como el café de la pulmoníaporque, debido a sus 16 puertas, entraba mucho frío. Era una construcción amplia de elevado techo, con 80 mesas de mármol, divanes, sillas tapizadas de rojo y una mesa de billar. A los pies del edificio, hoy en día alberga un Apple Store.

Corta leyenda: se dice que ahí Valle-Inclán, importante escritor español del siglo XX, perdió un brazo. 

El 24 de julio del 1899, Inclán y Manuel Bueno se enredaron en una pelea dialéctica que acabó con amenazas y un fuerte golpe de bastón de Manuel Bueno en el brazo izquierdo de Valle-Inclán, con tan mala fortuna que fue a parar a uno de los gemelos de la manga de la camisa a la altura de la muñeca, clavandoselo y provocándole diversas fracturas que astillaron sus huesosLa herida fue mal curada y acabó infectándose, por lo que, tres semanas después, tuvo que someterse a la amputación del brazo

 

2. Café de Pombo

Era un local modesto de techo bajo, casi angustioso, con el suelo desnivelado; la única fuente de calor eran las lámparas de gas que lo alumbraban. Disponía de amplios espejos, dos grandes relojes y servicio de limpiabotas para los clientes.

Situado en la calle Carretas, recibía a los que seguían a Ortega y Gasset, pero se hizo famoso por las tertulias que Ramón Gómez de la Serna organizaba allí los sábados por la noche. Él también bautizó el café La sagrada cripta del Pombo y atrajo allí a intelectuales y artistas, en su mayoría jóvenes y de espíritu vanguardista.

Dato curioso: El café era conocido por su leche merengada y el sorbete de arroz. Algunos platos elaborados con arroz producían diarreas, por lo que fue apodado graciosamente en Madrid como el café de los cagones

La tertulia se mantuvo hasta el año 1936. Tras la Guerra Civil española se convirtió en un antro más de la noche madrileña. Cerró en 1942 y en su lugar se abrió una peletería. 

 

3. Café Cervantes 

Se inauguró el 24 de junio de 1868 en la esquina de la calle de Alcalá con la del Barquillo. La gran afluencia de transeúntes de la calle de Alcalá hizo de este café uno de los más famosos del momento. Fue esta cafetería una de las primeras en sacar sillas y veladores a lo que entonces era el boulevard de la calle de Alcalá, durante los meses de verano, lo que no gustó a todo el mundo.

En el año 1896 se funda la Sociedad de Camareros y Reposteros. Los dueños de los cafés despidieron a todos los empleados que formaban parte de este colectivo y, como protesta, los asociados ocupaban durante horas las mesas de los establecimientos, realizando mínimas consumiciones. En el año 1904, el 1 de mayo, los camareros reclamaron la abolición de las mecánicas o parte del jornal que dejan para la vajilla que se rompe, pero el dueño del Cervantes se había negado en redondo.

Finalmente, el periódico El Escándalo publicó una difamante noticia:

 Una marquesa, muy conocida en Madrid, tenía la costumbre de bañarse cada noche en leche de vaca que luego vendía al café de Cervantes, por un módico precio. 

Esta noticia acabó con el café para siempre. 

FUENTES:

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